miércoles, 24 de junio de 2009

BESTIAS AL VOLANTE


Utilizar el transporte público, en los últimos años se ha transformado en una situación de estrés y peligrosidad. Hemos visto y sufrido la transformación y enajenación del chofer, que en sus inicios se caracterizaba por el buen trato y calidad en su desplazamiento. Esta transformación ha influenciado para que la relación entre chofer y pasajero se distancie, como causa encontramos; partir antes que el pasajero se siente y partir con rapidez lo que produce accidentes y caídas en el pasillo de la micro, bruscas frenadas y maniobras producto del collereo, malos tratos de los choferes cuando se les pide que disminuyan la velocidad, cambio de micro antes de terminar el recorrido sin la devolución del dinero, por nombrar algunas.

El Transvalparaíso, puede que aun tenga imperfecciones, pero según las autoridades “tenemos un servicio de locomoción colectiva mayor, más ordenado y consolidado. Pero Al respecto, el presidente de la Confederación de Conductores de Microbuses de la Región de Valparaíso, Óscar Cantero, acusó que hoy el TMV “es la misma cosa de antes. Todavía seguimos collereando, rompiendo espejos retrovisores. Haciendo carrera por alcanzar al pasajero porque resulta que aún debemos llevarles a los jefes las cuotas del día, que van de 35 a 60 mil pesos” (El Mercurio de Valparaíso, martes 23-06-09).

Aun tomo el transporte publico y concuerdo con la confederación de conductores de microbuses y no con las autoridades. Invito a estas y en especial a las que nunca se han subido a la montaña rusa, tomar el recorrido en Valparaíso y bajarse en villa alemana y comprobar si el Transvalparaíso se consolido, y si se consolido... ¿Cuál?

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